En medio de su rutina de entrenamiento en el centro de fitness, la esbelta y despampanante Abigail Cates estaba atada a su alfombra de ejercicio, sus delicados dedos explorando sus pliegues depilados.Al quedar allí, sus ojos vestidos con gafas brillaron de travesura y anticipación.No mucho tiempo después, un compañero entusiasta del fitness se unió a ella, sus ojos devorando ansiosamente su cuerpo pequeño.No perdió tiempo en bucear en su dulce néctar, su lengua explorando cada centímetro de sus suaves pliegues.Los gemidos de Abigail llenaron el gimnasio mientras la lamía, sus manos exploraban sus firmes pechos.La vista de su atada y complacida fue demasiado para que él se resistiera, y pronto, se encontró dentro de ella, sus cuerpos moviéndose en ritmo.La vistade su forma atada y satisfecha fue un espectáculo para contemplar, y al llegar al clímax, dejó su marca en su cara, sellando su salvaje encuentro en el gimna.