En el apogeo de un encuentro caliente me encontré en compañía de un guardia de seguridad.Su tarea era garantizar mi seguridad, pero su papel pronto evolucionó a uno más sensual.Al aventurarnos en la sala de almacenamiento, la emoción del placer prohibido nos consumía.Sus raíces europeas y la herencia asiática se mezclaban con mi encanto latino, creando una mezcla tentadora.Nuestros cuerpos se entrelazaron en un baile de deseo, sus hábiles manos explorando cada centímetro de mí.Su impresionante hombría buscaba mis pliegues invitantes, hundiéndose profundamente en mi ansioso núcleo.Nuestros gemidos llenaban el espacio vacío, haciéndose eco de nuestro éxtasis compartido.Como joven adulto, me regocijé con la experiencia, mi apretado coñito complaciendo su tamaño.Nuesos antecedentes solo se sumaron al atractivo, avivando nuestra pasión.La vista de su gruesa verga penetrando mi belleza colombiana era un espectáculo para contemplar.Nuetro romance universitario se encendió, dejándonos a más anto de nosotros.