Pillados en pleno acto: jóvenes oficiales castigo y humillación

En el corazón de la ciudad dos jóvenes oficiales se encuentran en una situación de pegajosidad cuando se tropiezan con un ladrón en su oficina.La subida de adrenalina del momento es demasiado para que los tíos las manejen, y se encuentran sucumbiendo a sus instintos primarios.El ladrón, al ver su debilidad, lo utiliza a su favor, chantajeándolos para que sacien sus deseos.Los tíos, temiendo las repercusiones, no tienen otra opción que cumplir.Se arrodillan, sus gargantas llenas de la dura verga de los ladrones.La humillación es palpable, sus gritos de sumisión resonando por la oficina vacía. El ladrón, deleitándose en su poder, les hace actuar salvajemente sobre él, con sus cuerpos entrelazados en un retorcido juego de placer y dolor.La oficina, una vez lugar de trabajo, se convierte en un parque infantil para sus oscuros deseos.Los chicos, ahora totalmente bajo el control de los ladrones, se quedan sin más remedio que montarlo con fuerza, sus cuerpos moviéndose en sincronía con su ritmo.El castigo es duro, la humillación insoportable, pero el placer es innegable.La oficina ahora desierta es un testimonio de su salvaje noche de pasión.