Después de un largo sermón en la iglesia, la tímida monja gótica, con la cabeza inclinada y la mirada baja, fue convocada por el pastor.Cuando ella titubeaba hacia adelante, él juguetonamente la provocaba por su falta de fe, pero pronto sus intenciones se movieron.La llevó a la mesa sacramental, donde abría el cierre de los pantalones y la instó a tomarlo en su boca, lo que hizo ansiosamente.Mientras se arrodillaba ante él, el pastor tomó el control, guiando su cabeza hacia arriba y hacia abajo en su miembro palpitante.Entonces tuvo su curva sobre la mesa, su hábito blanco se elevó sobre su culo redondo, y procedió a tomarla de las maneras más íntimas.La vista de su águila abierta en el altar, su cuerpo retorciéndose de placer, fue un espectáculo para contemplar.El fervor de su acto carnal dejó una marca indeleble en los santos motivos de las iglesias.