Después de años de deseo acumulado, finalmente tuve la oportunidad de sumergirme en el intoxicante mundo de las curvas deliciosas de mis hermanastras.Su voluptuoso cuerpo, una vista para contemplar, fue un testimonio de su atractivo juvenil.El pensamiento de probar su dulzura, de explorar cada centímetro de ella, había sido un tormento constante, una promesa tentadora que ahora estaba a punto de hacerse realidad.No pude resistir más las ganas, y mientras se agachaba, su redondo culo en plena exhibición, sabía que era hora de hacer mi movimiento.Tomé su apretado agujero en mi boca, saboreando el sabor mientras gemía de placer.Luego, con ella aún agachada, hundí mi polla palpitante profundamente en ella, sintiendo su cálida humedad envolverme.El éxtasis era abrumador, nuestros cuerpos moviéndose a ritmo perfecto, nuestros gemidos resonando en la habitación.Esto fue solo el comienzo, un viaje salvaje de pasión desenfrenada y deseo crudo.